Muchas personas están optando, por motivos de salud o ideológicos, por seguir una dieta vegetariana y no consumir productos procedentes de animales de abasto (como la carne, la gelatina y el cuajo). Otras prefieren una dieta vegana y no consumen ningún producto derivado de la explotación animal (como leche, huevos y miel). Si sigues una dieta de este tipo, puede que te cueste encontrar productos que se ajusten a ella, aunque cada vez hay más alternativas veganas y vegetarianas a los productos de origen animal.

Gracias a una ley de la UE de 2011, dispones de información sencilla y precisa sobre el contenido de los alimentos que compras. Un vistazo a la etiqueta te ayuda a comprobar si los ingredientes se ajustan a tu elección en materia de alimentación y si contienen los nutrientes necesarios para tu dieta. Además, hay muchas normas europeas relativas a la calidad de los productos alimenticios que te ayudan a comer de forma sana. Por otra parte, la normativa de la UE sobre el etiquetado de las prendas permite identificar los artículos textiles de origen animal que no se adecuan a un estilo de vida vegano. Se están revisando las normas para estudiar la posibilidad de armonizar la información del etiquetado sobre el uso de piel auténtica en la ropa.

Por último, aunque no seas ni vegano ni vegetariano, quizá te preocupe el bienestar de los animales. En ese caso, ten presente que esta cuestión también interesa a la UE, tal y como se refleja en diversos textos importantes; esta es la razón por la que, por ejemplo, la Unión prohíbe desde 2013 los productos cosméticos ensayados en animales. En casos concretos, algunos componentes aún se pueden testar en animales según la legislación principal sobre sustancias químicas de la UE: el Reglamento REACH. Entre otros fines, para evaluar su impacto en la salud de quienes trabajan en las fábricas.