¿Te sientes a gusto caminando por tu localidad? ¿Cruzar la calle o incluso usar la acera a veces te hace sentir como si estuvieras en una carrera de obstáculos? ¿Temes que tus hijos o tus parientes de edad avanzada o con discapacidad no estén seguros al compartir el espacio público con otros usuarios de la calle?

Existen motivos para preocuparse. A pesar de los impresionantes avances en seguridad vial en las últimas décadas y de que las carreteras europeas siguen siendo las más seguras del mundo, el número de muertes en carretera en 2022 aumentó un 3 % con respecto al año anterior. Los usuarios vulnerables de la vía pública —es decir, peatones, ciclistas y motociclistas— corren mayor riesgo y representan alrededor del 70 % de las personas fallecidas o heridas gravemente en accidentes en las zonas urbanas. Más de una quinta parte de las personas que mueren en las carreteras son peatones, y la mitad de ellos tienen sesenta y cinco años o más.

Aunque los Gobiernos locales o nacionales sean los principales responsables de velar por la seguridad vial, la UE ha hecho mucho para mejorar la protección de los peatones. Por ejemplo, se ha fijado varios objetivos a largo plazo para reducir sustancialmente las muertes y lesiones graves: organizar formaciones y campañas de concienciación, apoyar a los actores de la seguridad vial, proporcionar financiamiento y modernizar las leyes sobre seguridad general y protección de peatones. La UE adoptó en 2019 unas normas nuevas para la gestión de la seguridad vial. Un nuevo paquete de medidas de seguridad vial para 2023, en el que se proponen requisitos actualizados para los permisos de conducción y la aplicación transfronteriza de las normas de tráfico, pretende seguir mejorando la seguridad de los peatones vulnerables.